La España republicana

Los maestros son las luces de la República

• Proclamación de la II República/Constitución 1931: Tras una época de gobiernos dictatoriales , el  14 de abril de 1931 se proclama la II República, que da lugar a la aprobación de la Constitución de 1931. Ésta supuso un notable avance en el reconocimiento y defensa de los recursos humanos, protegiendo los derechos y libertades tanto individuales como sociales y abogando por un latente laicismo del estado. No obstante, el gran avance de la nueva constitución, fue el reconocimiento al sufragio activo y pasivo a todos los ciudadanos de ambos sexos mayores de 23 años. 

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• Bienio reformista-transformador:  de 1931 a 1933 se abre una nueva etapa de la República en la que el Gobierno emprende dos líneas políticas fundamentales; la reducción de los poderes de la Iglesia en el estado y la erradicación del elevado analfabetismo de la población española hasta aquel momento. En este marco, la religión católica pierde peso en todos los ámbitos pero sobretodo en la educación. Ahora, los maestros ganaban peso, por ellos eran “la luz de la República”, enseñaban ciencias, arte, literatura, pero sobretodo sentaban las bases para “el aliento del progreso”. En esta época, cambia también la relación docente-alumno a otra forma de concebir la autoridad en la transmisión del conocimiento. Se pasó del autoritarismo, los malos tratos y la opresión a potenciar la libertad y la autonomía del alumno, para formar a personas con pensamiento crítico y creativo.

Todo cambia con el estallido de la Guerra Civil

Los maestros son responsables del "virus republicano". 

“Hay Guerra en África” “¿Porqué hay guerra?” “No sé, dicen no se que de España y de Dios”: el 18 de julio de 1936 estalla la Guerra Civil. Atrás queda la harmonía, el despertar de la vida de los niños mediante un nuevo sistema educativo. Vuelve la tensión y el miedo que aliena a las personas. Desde que la  coalición de izquierdas socialista liderada por Azaña fracasara en las elecciones de 1933; la derecha católica fue ganando territorio culminando con el Golpe de Estado de 1936.  Aquellos que en otra hora ondeaban la bandera de la República, ahora eran perseguidos y condenados por “rojos” y aquellos que se querían salvar, gritaban a sus compañeros y amigos, ATEOS! en la plaza del pueblo, mientras un camión se los llevaba a un dramático desenlace.